«Cuando no se disipan las tinieblas» es un libro especialmente dirigido a personas que están padeciendo de depresión o para aquellos que tienen en sus vidas a una persona que padece depresión. Te ayuda a entender el por qué ocurre en la vida de algunos cristianos, distintas formas de cómo voltear nuestra mirada a Dios si estamos pasando por un período de oscuridad. Si este eres tú (o también quieres lerlo para ayudar a alguna persona en el futuro) te lo recomiendo muchísimo.

Aquí te dejo la descripción que creo que engloba perfectamente todo lo que habla John Piper en este cortito libro:

John Piper ansía ofrecer consuelo y orientación a las personas que sufren de depresión y oscuridad espiritual. Incluso los creyentes más fieles pueden pasar por períodos de depresión y oscuridad espiritual cuando la dicha parece estar fuera de su alcance. El autor usa ejemplos de la vida real y sensibles narraciones para mostrar al lector cómo confiar en que Dios lo sacará del hoyo de la desesperación hacia la luz.

Cuando no se disipan las tinieblas

Mis frases favoritas

«En esta vida siempre seremos pecadores e imperfectos, entonces en nosotros siempre seremos culpables. Esto será emocionalmente devastador, si no descubrimos la realidad de la justificación por fe». 

«La condición de nuestros cuerpos hace una diferencia en la capacidad de nuestras mentes para pensar claramente y nuestras almas para ver la belleza de la Verdad que nos da esperanza». 

«Es absolutamente crucial que en nuestra oscuridad afirmemos la sabia y fuerte mano de Dios que nos sostenga, aunque no tengamos fuerza para sostenernos de Él». 

«Deja de mirar a tu fe y vuelca tu atención en Cristo. La fe se sostiene al mirar a Cristo, crucificado y resucitado, no de dejar a mirar a Cristo para analizar tu fe». 

«Esperar por el Señor en una temporada de oscuridad no debe ser un tiempo de inactividad. Debemos hacer lo que podamos hacer. Y hacer es a veces el remedio designado de Dios para la desesperanza». 

«Podemos abrazar nuestro pecado, guardarlo en secreto, y gemir todo el día en oscuridad; o podemos confesarlo y experimentar la maravillosa experiencia del ‘hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad’ (Salmos 32:2)». 

«El gozo en Cristo florece al ser compartido. Esa es la esencia del gozo cristiano: se desborda o muere». 

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